lunes, 22 de noviembre de 2010

ESPAÑOL PENINSULAR


¿Lo entiende?

Hay poetas que confunden el yantar y el antepasto.

Todo lo críptico –si es original y valedero- lo es a despecho de quien lo produce. Nadie que se estime soslaya adrede ni el más nimio conato de su pensamiento lúcido.

¿Poesía de sótanos, estadiza y exangüe? No. La poesía no se compadece con la clorosis. Es hora, pues, de que las musas de ergástula se aireen y tomen el acero que las desopile.

Las virtudes suasorias son eminentemente poéticas. Persuadir es expugnar un recinto de hostilidad o de ignorancia. La elocuencia es la elocuencia. Pero las gentes, por lo común, le dicen elocuencia al énfasis.

La charca de Narciso es su pecina, y su pecina no es el “ego” ni la mitad o complemento del andrógino, sino la caquexia palúdica.

Poeta: nervio. No se concibe la posibilidad del Poeta blandengue.

Al amanecer, auras barrocas de modernidad incoercible. En la tarde madura, fruición clásica. ¿cara o cruz? ¿O dos caras? ¿O dos cruces?

Pero la enumeración, la similicadencia, el trueque y el retruque de las palabras, ¿son poesía?


SAN JOSE DOMENCHINA

ANTOLOGIA DE LA POESIA ESPAÑOLA CONTEMPORANEA



FRANCISCO FLORES AGUIRRE

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