(MARZO DE 70)
Por decreto presidencial: el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en banquetes;
“Brindo por el pueblo de México”,
“Brindo por el pueblo de Estados Unidos”.
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un señor Ministro:
“Con el pueblo me limpio el culo.”
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas.
Jaime Sabines
Poesía, nuevo recuento de poemas, Joaquin Mortiz, SEP CULTURA
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